Tomás Gómez
El sismo de 5,2 que sacudió al país el jueves por la noche tuvo su epicentro, como muchos otros, en la zona sur.
El movimiento no generó afectaciones, según la Comisión Nacional de Emergencias, pero reavivó los cuestionamientos por la frecuencia con que los sismos tienen por epicentro esa parte del territorio.
Si bien Costa Rica se ubica en una región sísmica, en esa parte del territorio convergen diversos elementos que intensifican la sismicidad.
Así lo explica Marino Protti, experto del Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) de la Universidad Nacional, quien mostró como la cercanía de diversas placas tectónicas intensifica el movimiento en esa parte del país.
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“El proceso más importante que ocurre es la subducción de la Placa del Coco bajo la Placa de Panamá, y junto con la Placa del Coco se subduce la Cordillera Volcánica Submarina sobre y se producen esfuerzos de subducción muy intensos al interior del país”, indicó.
“Además en esta región se subduce, al este de la Península Burica la Placa de Nazca y esto genera una fuente de sismos importantes”, agregó.
Protti agregó que según los registros históricos en la Península de Osa los sismos pueden llegar a magnitudes de entre 7,2 y 7,4.
Zona recurrente
La intensidad sísmica del sur del país es confirmada también por la Red Sismológica Nacional de la Universidad de Costa Rica (UCR).
En sus informes mensuales, el ente destaca el porcentaje de actividad originado en la zona.
Durante enero, el sismo más fuerte ocurrió precisamente en la costa de Dominical, con una magnitud de 5,6 y en febrero, aunque no se registraron los temblores más fuertes si hubo actividad constante, sobre todo en los puntos más cercanos a Armuelles, en la frontera panameña.
