Allan Arroyo
Quizá no es tan recordado como Juan Pablo II por la histórica visita de un Papa a Costa Rica, el 2 de marzo de 1983.
Tampoco tan cercano como se puede percibir a Francisco, el actual pontífice, al ser latino, amante del fútbol y del café nacional, que en reiteradas ocasiones lo ha elogiado como “el mejor del mundo.”
En medio de ellos estuvo el papado de Benedicto XVI: alemán, conservador y estudioso.
Por casi ocho años fue líder de la iglesia católica mundial. Para ser exactos: 7 años, 10 meses y 9 días, periodo en el que la polémica no estuvo ausente, con denuncias graves a la máxima estructura religiosa en el mundo.
¿Cómo fue la relación de Benedicto XVI con Costa Rica? En este trabajo de El Observador repasamos algunos elementos de esa historia y testimonios, que hasta ahora desconocíamos o ya se habían olvidado.
Fin de una era en el Vaticano
Benedicto XVI. Infografía: AFP
Joseph Aloisius Ratzinger murió el sábado a los 95 años de edad, después de casi 10 años de estar en el retiro. Había renunciado sorpresivamente a su pontificado en febrero de 2013.
Una decisión similar ocurrió 600 años antes; en 1415 con Gregorio XII.
Desde el lunes, Ciudad de Vaticano fue escenario de un peregrinaje de miles de fieles, que caminaron frente a su cuerpo en la Capilla Ardiente para despedirlo. Los cálculos después de tres días hablan de más de 200.000 personas.
Todo esto previo al funeral, precedido por el Papa Francisco esta madrugada (horario de Costa Rica) en la Plaza de San Pedro.
Un hecho para la historia porque es la primera vez que un pontífice en ejercicio despide a su antecesor.
Así termina una década en la que con sotana blanca, la iglesia tuvo dos papas: uno activo, uno retirado.
¿Cómo era Benedicto XVI?
No son muchos los costarricenses que tienen la oportunidad de compartir por más de 10 minutos con un papa. Fernando Sánchez Campos tuvo más tiempo que ese.
Al ser el último embajador costarricense en presentarle las credenciales a Benedicto XVI, pudo reunirse con él, el 3 de diciembre de 2010.
Faltaban poco más de tres años para que el papa alemán confirmara su histórica renuncia.
En su cuenta de Facebook y con fotografías de alto valor histórico y familiar, Sánchez recordó ese momento, reconociendo la nostalgia que siempre genera un 31 de diciembre con el cambio de año, y este último con el elemento adicional de la muerte del papa emérito.
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- Fotos: Cortesía a El Observador
“Su discurso denotaba un profundo conocimiento de nuestro país y de sus principales retos (muchos aún vigentes), pero la profundidad de su mensaje no me sorprendió, después de todo era el “Papa sabio” el “Papa teólogo”, con quien estaba compartiendo,” recordó de ese primer encuentro.
Agrega que el acto oficial de presentación como representante de Costa Rica ante la Santa Sede duró unos 10 minutos, pero que sintió que el Papa no quería terminar la reunión, por lo que acató el consejo que le dieron de “aprovechar la oportunidad”.
Benedicto accedió a continuar y a hablar de otros temas, en español inclusive. Y ahí vino lo más interesante, confiesa Sánchez. Rompieron el protocolo.
“Cuando le dije que en Costa Rica lo queríamos y lo esperábamos, no pudo evitar que una lágrima llenara sus ojos. Cuando le pedí rezar por mi país y mi familia salió de inmediato a saludar a quienes me acompañaban y dedicó el mayor tiempo a saludar, besar y bendecir a los niños,” relata.
“Fue tal su cercanía y humildad que nuestro hijo mayor terminó al frente suyo y subido en sus zapatos al tomar una foto e, inclusive, abrazado con él en su biblioteca privada,” agrega.
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- Fotos: Cortesía a El Observador
Fernando Sánchez tuvo luego otras conversaciones y encuentros con Benedicto, pero esa primera impresión se le quedó grabada.
“Ese día conocimos al “Papa sabio” del que tanto habíamos oído hablar, pero también al Papa humano, cercano, humilde y cariñoso, del que poco se sabía. Ese día Benedicto XVI nos enseñó con su testimonio que la sensibilidad y la sencillez, abonan al intelecto,” escribió Sánchez, hoy rector de la Universidad Católica de Costa Rica.
Sánchez vivió en Roma los últimos dos años del papado de Benedicto XVI y la elección y los primeros dos años de la era de Francisco. Esa experiencia la relata, con anécdotas de su familia, en el libro “Entre Dos Papas”.
Libro de Fernando Sánchez sobre los papas Benedicto XVI y Francisco
El papa, un presidente y una presidenta
El doctor Abel Pacheco era el presidente de Costa Rica el día que salió humo blanco en el cónclave y se nombró a Ratzinger, el 19 de abril de 2005.
“Le deseó suerte al nuevo papa,” fue el mensaje de Pacheco que se lee en uno de los archivos de la agencia de noticias EFE.
Después del 2006, Oscar Arias, y del 2010, Laura Chinchilla, fueron los mandatarios a quienes les correspondió la mayor parte del papado de Benedicto XVI.
El 16 de junio de 2006, a poco más de un mes de haber asumido su segundo mandato, Arias regresó al Vaticano para una nueva audiencia papal.
Ya lo había hecho en 1987 con Juan Pablo II y ahora era con Benedicto XVI, en el cierre de una gira por tres países europeos.
Rodrigo Arias, exministro de la Presidencia, saludando al papa Benedicto XVI. Al lado el expresidente, Oscar Arias, en visita oficial. Foto: Facebook
Según los archivos noticiosos, el mandatario nacional llevaba en agenda la propuesta de que la iglesia reflexionara sobre su posición conservadora en el uso de anticonceptivos y la situación de natalidad en regiones del mundo, como África y América Latina.
La reunión tardó uno 24 minutos. Arias le entregó un libro con fotografías de parques nacionales de Costa Rica y el papa le obsequió las credenciales de su pontificado y una de sus encíclicas en español.
Tampoco pudo faltar la tradicional invitación para que visitara Costa Rica, lo que nunca se concretó. De hecho, como Sumo Pontífice, Benedicto visitó cuatro países de América: Brasil (2007), Estados Unidos (2008), México y Cuba, ambos en marzo 2012.
Arias, ya como expresidente, se reunión también con el papa Francisco para abordar la lucha contra las armas en el mundo. Es el único exmandatario que tuvo encuentros oficiales con los últimos tres papas de la historia.
Audiencia de la presidenta Laura Chinchilla con el papa Benedicto XVI en 2012. Foto: cortesía de Fernando Sánchez, para El Observador
Seis años después, fue el turno de la única mujer presidente de Costa Rica. Laura Chinchilla se entrevistó con el papa Benedicto, el 16 de mayo de 2012, en una conversación privada de unos 22 minutos.
En esa ocasión, la delegación nacional le entregó dos cuadros de artesanos costarricenses, hechos a mano.
Casi 9 meses después de esa visita oficial, renunció Benedicto.
“Reconocemos en esta decisión un acto de profundo desprendimiento y de gran humildad, porque antepone la institución que representa a condiciones tanto físicas como espirituales que no parecieran, como él mismo lo ha expresado, son las óptimas para seguir representando a una institución tan importante,” dijo Chinchilla quien es creyente y católica.
Costa Rica presente en los mensajes
Entre los registros históricos que se conservan del papa Benedicto XVI sobre Costa Rica, en la página del Vaticano está el mensaje que brindó ante el embajador tico en la Santa Sede, el 10 de febrero de 2007.
Ahí habló extensamente sobre algunas de las problemáticas nacionales, que hoy en día, se mantienen, 16 años después.
“El doloroso y vasto problema de la pobreza, con graves consecuencias en el campo de la educación, de la salud y de la vivienda, es un apremiante desafío para los gobernantes y responsables de la administración pública de cara al futuro de la Nación. Se requiere una toma de conciencia más profunda que permita afrontar firmemente la presente situación en todas sus dimensiones, cooperando así a un verdadero empeño por el bien de todos,” dijo el Papa en su mensaje.
En ese momento, también mostró su preocupación por la inseguridad, la violencia en todos sus niveles y los desafíos sociales que tenía el país, e hizo un llamado a la unidad. “Ante situaciones a veces conflictivas y para defender el bien común, ofrecen su colaboración con iniciativas que favorecen el entendimiento y la conciliación, y llevan a la promoción de la justicia y la solidaridad, fomentando si es preciso el diálogo nacional entre los responsables de la vida pública.”
Benedicto XVI en ese comunicado de 2007, también destacó el fervor religioso de Costa Rica y el respeto a la Virgen de Los Ángeles, además de subrayar el nombre del país como una nación de paz.
Cuando asumió Fernando Sánchez, como el representante nacional ante el Vaticano, el discurso del papa estuvo lleno, otra vez, de un profundo conocimiento por Costa Rica.
Ese 3 de diciembre de 2010, recordó el fervor del pueblo tico en la celebración de los 375 años del hallazgo de la imagen de La Negrita, patrona de Costa Rica.
También describió al pueblo como solidario y recordó las bellezas naturales y la fuerte consigna del país en conservar y proteger los recursos naturales.
Pero además, el mensaje en este momento tuvo algunas llamadas de atención. Benedicto XVI se refirió a temas que siguen dividiendo a la sociedad.
“Me complace recordar que fue precisamente en Vuestro País donde se firmó el Pacto de San José, en el que se reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepción. Así pues, es deseable que Costa Rica no viole los derechos del nasciturus con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto,” exhortó.
También en 2010 se solidarizó por los efectos de las lluvias y los estragos que dejó la tormenta Tomas, en noviembre de ese año.
Un hecho único con el nombre de Costa Rica
En un documento sobre el pontificado de Benedicto XVII, compartido a este medio, el ex embajador ante la Santa Sede, Fernando Sánchez, recuerda un acto único del papa.
Benedicto mencionó dos veces a nuestro país durante la bendición y el mensaje Urbi et Orbe, del 25 de diciembre del 2010.
Primero fue referente al conflicto de aquel momento con Nicaragua y la invasión a Isla Calero. “Que el nacimiento del Salvador…impulse el diálogo entre Nicaragua y Costa Rica…”
Luego, incluyó a Costa Rica en la lista de naciones afectadas por los desastres naturales.“Que el anuncio consolador de la llegada del Emmanuel alivie el dolor y conforte en las pruebas…”
Recuerda Sánchez que esa plegaria fue acompañada por “una ayuda económica que el Santo Padre personalmente envió por medio de la Nunciatura Apostólica en Costa Rica para socorrer a los damnificados.”
Foto de: Filippo MONTEFORTE / AFP)
Para el funeral del papa emérito este jueves en la Plaza de San Pedro, no fueron invitados jefes de Estado ni gobernantes.
La representación de Costa Rica fue encomendada por la Cancillería a la Ministra Consejera de la Embajada en la Santa Sede, Amarilli Villegas, en su calidad de Jefe de Misión a.í.
Estos días de habilitó un libro de condolencias en la sede de la Nunciatura Apostólica en Pavas, para que los ticos pudieran firmar y a las 11 a.m se realizará una misa oficial por el alma de Benedicto XVI, en la Catedral Metropolitana en San José.
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