En todas las familias hay un “tú ya sabes”

Manuel Guisande para El Observador

En todas las familias, pero en todas, incluso en la de las ánades, o sea, la de los patos, siempre hay un “tú ya sabes”. No falla.

Un “tú ya sabes” puede ser tu hermano, tu primo, tu sobrino, tu nieto… un especimen que, aunque es ser humano, no tiene nombre, ni apellidos. Y si me apuras, ni DNI o cédula de identidad, que dicen en Costa Rica.

Con un “tú ya sabes” todos son conocedores de a quién se están refiriendo.

Este vertebrado y mamífero, homo sapiens para los técnicos, supera lo terrenal porque es lo más cercano a lo que los doctos de la Iglesia denominan “Teología de la Liberación”.

Tanto habla de sí mismo que empiezas a comprender eso de “el verbo se hizo carne”, y tú estás liberado porque él vive su vida y no hay que aguantarlo, lo cual se agradece.

Del “tú ya sabes” nunca sabrás a que se dedica

En una reunión familiar, la que sea, incluso en la playa, o antes de congelarte subiendo al Everest, si alguien pregunta “¿qué es de…?”, no solo todos saben a quién aluden, sino que la respuesta es unánime: “tú ya sabes”

Del “tú ya sabes”, que por lo general ha dejado los estudios, nunca sabrás a qué se dedica.

Es el auténtico misterio del mundo laboral, lo mismo puede un día vender libros y, otro, ser camarero o  tornero fresador, pero siempre lo verás haciendo planes o discurriendo.

El “tú ya sabes” despierta la imaginación de quienes lo rodean, y cuando te lo encuentras, impepinablemente te habla de “negocios”.

Pero no de vender unas aceitunillas o naranjillas, no; sino de operaciones millonarias con las cuales va a solucionar su vida, la de toda su familia y el hambre en el mundo. ¿De qué va el negocio?. Misterio.

Tiene una imaginación portentosa, fuera de lo normal

El “tú ya sabes” tiene una cualidad innata, posee una imaginación portentosa, es un acelerado de la vida y te convence de tal forma que, al acabar de charlar (porque tienes uso de razón, la justa, pero la tienes), no te crees nada.

Pero hasta que eso ocurre, vives tan intensamente lo que cuenta que hasta por momentos tú crees que eres él.

Si, por ejemplo, te dice que se va a dedicar a la compra de veleros… no solo te convence, sino que no me digas cómo, por tu mente te ves vestido de capitán navegando por el Caribe marcando en el timón sur-sureste, viendo palmeras y bellas mujeres por todas parte.

Si te habla de autos y el futuro de la automoción… Elon Musk es un colgado, un imberbe, y el Tesla, ya es un turismo caduco, sin ningún adelanto mencionable. De verdad, sinceramente, yo cuando me encuentro con uno… qué te voy a decir, “tú ya sabes”.