Desde la Columna
Por Sergio Capón, presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Industrias de Costa Rica.
Este año Cámara de Industrias de Costa Rica celebró 25 años de apoyar a la excelencia empresarial a nivel nacional. Un aniversario relevante para el ecosistema empresarial costarricense, pero además una oportunidad de oro para reflexionar y hacer consciente su valor, recapitular y buscar en retrospectiva el significado que tiene este esfuerzo que hacemos cada año.
Desde sus inicios, el “Premio a la Excelencia CICR”, más que un concurso que termina con un ganador es un proceso para facilitar el mejoramiento continuo de las empresas participantes, es el compromiso de la Cámara de Industrias de Costa Rica de acompañar a las empresas en su recorrido por lograr competitividad a nivel internacional, un recorrido en constante evolución que ha llegado a estar a la altura los retos del mundo de hoy.
En un universo de actividades tan dinámicas como las que componen el sector productivo, y en contextos cada día más cambiantes, la adaptabilidad y la evolución son las bisagras que nos abren las puertas para transformar los retos en oportunidades. Por eso, la excelencia bien entendida es mucho más que alcanzar una calidad superior en nuestros procesos, productos y servicios, es la actitud de querer superarnos cada día como empresas, como profesionales y también como seres humanos. La excelencia es ese camino a un estado superior que aún no conocemos, pero que nos atrevemos a explorar.
Es por esto, que uno de los principales objetivos del Programa a la Excelencia de la Cámara de Industrias de Costa Rica es estimular, tanto a las organizaciones públicas como privadas, hacia la búsqueda continua de una cultura de excelencia como mecanismo para mejorar la calidad de vida de los costarricenses. Esto quedó plasmado al instaurarse el Día Nacional de la Excelencia, declarado el 20 de noviembre de 1997 por Decreto Ejecutivo No. 26533.
Las exigencias y maneras de lograr la excelencia evolucionan según las necesidades del mundo. Un recorrido por la historia de nuestro Premio a la Excelencia nos habla de cómo nuestro compromiso hacia el reto constante de mejorar cada día ha evolucionado constantemente: Pasamos de ser un premio a ser un Programa a la Excelencia único en nuestro país, con tres modalidades de participación: “Premio a la Excelencia”, desarrollado desde el 1997. “Ruta a la Excelencia” que llevamos adelante desde el 2002 y “Compromiso a la Excelencia”, que realizamos desde el 2012.
Algunos datos reflejan la relevancia de esta evolución, con una trayectoria de 821 participaciones en nuestros procesos de mejora empresarial, donde 3 de cada 4 organizaciones que participan implementan más del 40% de las oportunidades de mejora que se identifican en los procesos de evaluación del Programa a la Excelencia.
Pero el propósito de nuestro aporte a la excelencia es justamente no quedarnos allí y entender que estos son transitorios, por lo que nuestro Programara a la Excelencia siguió evolucionando: a partir del 2007 comenzamos a entregar reconocimientos a las empresas participantes en nuestra “Ruta a la Excelencia”, una especie de escuela para que las empresas avancen hacia “Premio a la Excelencia”, alentándolas a seguir perseverando y alcanzar los máximos niveles de desempeño. Así, de las 4 empresas ganadoras del Premio Nacional a la Excelencia, 3 han iniciado su camino ganado la “Ruta a la Excelencia”.
Este año creamos los Premios a la Excelencia en Sostenibilidad por Dimensión Social, Económica y Ambiental, para destacar a las empresas que sobresalen en estos pilares, tan relevantes para el desarrollo sostenible y competitivo de las empresas de estos tiempos.
Adicionalmente lanzamos el galardón Nacional de Sostenibilidad para la Excelencia Empresarial, que a partir de ahora será el máximo nivel de reconocimiento para una empresa costarricense, con el fin de seguir retando a las empresas a ir a niveles superiores de desempeño integrales de clase mundial. Nunca una empresa, había sido capaz de ganar las siete áreas del modelo al mismo tiempo; el máximo de áreas ganadas por una misma empresa en una participación es cinco; este es el nivel del reto que lanzamos este año con la creación de este nuevo nivel de reconocimiento.
Aprovecho para felicitar a Bourns Costa Rica, quien participa de los Premios a la Excelencia desde el año 2012, y es la máxima ganadora de la edición 2022, con siete categorías de premiación en el Premio a la Excelencia, incluyendo el Premio Nacional y el Premio a la Excelencia en Sostenibilidad por la Dimensión Económica. También a Philips Costa Rica, quien ganó el Premio Nacional a la Excelencia y el Premio a la Excelencia en cuatro áreas específicas: Cultura, Liderazgo y Estrategia, Talento Humano, Procesos, Clientes y Mercados.
Y extiendo este reconocimiento a todas las empresas galardonadas, al equipo de la Cámara de Industrias que hace posible este proceso, a las personas evaluadoras y a todas las organizaciones que participan del Programa a la Excelencia, por la constancia y perseverancia de todos los participantes, quienes abren el camino hacia esa superación permanente tan saludable para todo el sector productivo de nuestro país.
Todo este recorrido deja claro que, para avanzar en materia de mejora empresarial y alcanzar así los nuevos estándares que se adecuen a las exigencias de un mundo cada día más complejo, para lograr que esta mejora sea continua, debemos ser persistentes, resilientes, innovadores y sistemáticos.
Desde la Columna
