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Huelgas y pandemia ponen cuesta arriba cumplir metas para mejorar la educación pública en Costa Rica

La pandemia acentúa el riesgo de que Costa Rica no logre una educación de calidad a la que se comprometió…

Por Paula Ruiz

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Huelgas y pandemia ponen cuesta arriba cumplir metas para mejorar la educación pública en Costa Rica
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La pandemia acentúa el riesgo de que Costa Rica no logre una educación de calidad a la que se comprometió a lograr al 2030.

Eso implica que se deban redoblar esfuerzos para alcanzar las metas propuestas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) firmadas en 2015.

En el apartado de educación de calidad hay siete objetivos, relacionados con acceso y cobertura total de educación para todos los menores de edad.

Además, a una infraestructura accesible para menores con discapacidad física, docentes calificados, eliminar las disparidades de género en la educación, entre otros.

La meta de cumplir la cobertura de 100% en preescolar no pudo lograrse en 2020 debido a la pandemia, resaltó Rebeca Mora, asociada del programa de educación y primera infancia en Unicef, Costa Rica.

En lectoescritura a nivel de preescolar también notaron rezagos que repercuten en estudiantes de niveles superiores.

El octavo informe del Estado de la Educación, precisamente resalta que en 2020 hubo una disminución promedio de 50% del programa de estudio en Español.

En segundo grado, por ejemplo, no se cubrió el 62% del desempeño en lectura, mientras en sexto año fue de 57%.

Eso impacta otras áreas del conocimiento como ciencia y matemática, según expuso Katherine Barquero, investigadora. El informe también cuenta del deficiente hábito y actitud hacia la lectura.

“Los principales resultados del Octavo Informe Estado de la Educación 2021 muestran que casi la mitad de las personas estudiantes (45%) indicó que muy rara vez o nunca leen libros”, indica el documento.

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“Poco más de una tercera parte (38%) de quienes sí lo hacen señaló leer con más frecuencia libros digitales o leer tanto libros físicos como en dispositivos electrónicos.

Además, un 47% reportó no practicar la lectura por placer; y, dentro de la mitad de quienes leen por placer (53%), solo el 19% le dedica más de una hora al día”, agregó.

“Sin mejoras en la lectura, no se verán avances en el rendimiento de estas otras disciplinas”, detalló Barquero.

La escuela en la casa

Las metas se han tambaleado porque la pandemia implicó el traslado a “aulas virtuales”.

A ellas, 425.000 estudiantes (de un total de 1,2 millones) no tienen acceso por falta de conectividad.

“Si vemos los datos del MEP, alrededor de un millón de estudiantes solo 60% ha tenido acceso a plataforma educativa, el resto por WhatsApp o documentos impresos y el 34% de estudiantes tiene equipo y conectividad plena y el 29% tiene limitado ambos, el resto no cuenta con ninguno”, dijo Mora.

La vocera de Unicef comentó que aunque si bien el servicio de educación continuó dándose, hay dudas sobre la calidad tomando en cuenta la falta de recursos de los estudiantes para acceder a ella.

En el marco del lanzamiento del Octavo Informe, Isabel Román, investigadora del Estado de la Educación, urgió el retorno a clases presenciales.

“Porque cada día que pasa un niño en estas condiciones se incrementa su posibilidad de perder oportunidades”, señaló.

“No tenemos los mínimos básicos que es conectividad y no tenemos los docentes con las competencias digitales suficientes, para que la educación sea de calidad”, resaltó Román.

Algunos datos sobre la educación en Costa Rica. Fuente: ONU. Gráfico: Alonso Solano.

Cuatro años de rezago

La vocera de Unicef reconoció que existe un riesgo por el cumplimiento de metas.

Por lo tanto, apuntó a la necesidad de tomar lo sucedido como una oportunidad para salir adelante.

Mora recordó que además de la pandemia, el sistema educativo se ha visto afectado por huelgas de educadores en 2018 y 2019.

“Esto ya nos trae 4 años en los que se han visto obstaculizados todos los compromisos en cuanto acceso a educación igualitario y de calidad, hay un riesgo sin embargo, no podría asegurar que no los vayamos a cumplir”, afirmó.

Todavía queda un espacio de nueve años para ver materializados esos objetivos por el bienestar del país.

Algunas recomendaciones, emitidas por Román para mitigar los efectos de este rezago, son la realización de exámenes nacionales con el fin de obtener un diagnóstico de la calidad educativa.

“Una segunda recomendación es que se implementen medidas de corto plazo de 2022-2026 que logremos desarrollar ambientes conectados que significa contar con red educativa nacional con internet de calidad, de acceso universal y contar con docentes con capacidades con competencias digitales”, manifestó.

Hacia el 2023, el país ya debería de comenzar a implementar la “escuela del Siglo XXI” que son verdaderos laboratorios de innovación donde se fortalezca el acompañamiento a docentes y directores en las aulas.

“De tal manera que cada vez más tengamos líderes pedagógicos preocupados y ocupados en la mejora de los resultados educativos”, explicó Román.

Por lo pronto, recomendó con urgencia un gran acuerdo nacional donde se incluyen sectores como la academia, público y privado.

“Es importante porque se nos viene una campaña electoral no es que hagamos de educación la bandera para atraer votos sino si van a tomarlo como prioritario”, dijo.

Gráfico: Alonso Solano.

¿8% del PIB es suficiente?

La Constitución Política establece que el país invertirá no menos de 8% del Producto Interno Bruto (PIB) en educación.

Rebeca Mora, portavoz de Unicef, consideró que el monto que se está invirtiendo es suficiente aunque, es necesario valorar una reorganización acerca de las necesidades de cada área y las capacidades de ejecución.

Esa reorganización implica sin duda, el tema de becas pues el Estado de la Educación base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), destacó que en 2019 se reportaron 186.000 estudiantes en pobreza.

No obstante, en 2020 tuvo un vertiginoso aumento hasta 287.000 estudiantes en pobreza.

“Lo que crea es que agudiza la demanda de apoyo económico para programas de estudio como Avancemos, Crecemos y Fonabe y se ven aún como insuficientes, esa reorganización, de rendimiento de los recursos es ahorita importante en educación”, destacó.

Con anterioridad, Dagoberto Murillo, investigador del Estado de la Educación, coincidió en la necesidad de eficiencia y revisión de los recursos que se están invirtiendo.

Murillo destacó que debido a la crisis fiscal y económica del país, no habría viabilidad para aumentar presupuestos en educación.

Por tanto, hay áreas que deberán priorizarse sobre otras. “Es importante ver dónde enfocar los recursos principales que tenemos”, declaró.

Eso sí, enfatizó en la necesidad de aumentar estos recursos en cuanto sea posible como garantía para que las familias logren salir de la pobreza.

Como último punto en específico, desde Unicef hicieron un llamado para que las mujeres tengan más acceso a carreras STEM.

Se trata de aquellas carreras y labores asociadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés.

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Un reciente estudio realizado por la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) destaca que en corto plazo, las carreras STEM serán las de mayor demanda.

Esto también implicaría una disminución en la pobreza pues es bien conocido que “la pobreza tiene rostro de mujer”.

“Para la educación superior es importante actualizar, tener actualizado esos programas y hacia las mujeres porque ahí vemos las oportunidades laborales”, concluyó.

Costa Rica tiene desafíos en materia educativo, por los compromisos adquiridos a través de ODS. Información: ONU. Gráfico: Alonso Solano.