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Las drogas en Instagram y que viajan desde Europa: ¿Cómo enfrenta Costa Rica el nuevo mundo de estupefacientes?

Autoridades ponen la mira en sustancias como el fentanilo, por los efectos detectados en Estados Unidos.

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Las drogas en Instagram y que viajan desde Europa: ¿Cómo enfrenta Costa Rica el nuevo mundo de estupefacientes?
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Mientras en Europa hay alertas por la cocaína que ha llegado en contenedores de fruta que salieron de Costa Rica, a nivel local se advierte que desde Francia, Reino Unido y Países Bajos están surgiendo envíos de otras sustancias ilegales.

Estas llegan como pastillas o en formato similar a un cartón y se distribuyen por vías tan particulares como perfiles de Instagram, a precios superiores al del resto de estupefacientes.

Así como un app sirve para pedir el almuerzo o la cena, también permite encargar una dosis de éxtasis, LSD u otras sustancias que van ganando terreno en el mercado.

Los casos ya están identificados por las autoridades en Costa Rica, que muestran preocupación en dos vías: la primera por la proliferación de los productos y la segunda por el grado de adicción que pueden generar las sustancias.

De momento no se ha mapeado la producción local, pero sí la importación.

Entre otras diferencias que se han detectado también están: el segmento de consumo y las estrategias que se han preparado para su abordaje.

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Un mercado diferente

“El mercado no es generalmente el mismo, no son los conocidos adictos de la calle sino ya son personas con una posición distinta los que consumen este tipo de sustancias. Los vemos incluso en sus trabajos normales, cotidianos”, resumió hace algunas semanas el Fiscal contra Delincuencia Organizada, Esteban Chavarría.

Con ello, se va identificando un perfil diferente de consumo y distribución de drogas.

En el mercado, detalló, los precios oscilan entre los ¢5.000 y ¢20.000 por dosis. Este precio es más alto que el de otros estupefacientes y también se destaca que, incluso a nivel internacional, muchas veces la atención está concentrada en otros productos como la marihuana o la cocaína.

El experto detalló que los ejemplares de las drogas en cuestión aparecen por vías como envíos postales o cajas con dobles forros.

En otros casos, se ha identificado que algunas sustancias se terminan vendiendo con una receta médica irregular.

Finalmente, se destacó que la venta se ha detectado desde las zonas costeras hasta el Valle Central. Además, eventos particulares de música han favorecido el consumo, mayoritariamente identificado en población joven.

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Diversos frentes de atención

Los cambios en el ámbito de las drogas están trayendo también ajustes en la manera de abordar la amenaza.

Para casos como el fentanilo, otra de las sustancias donde hay alta preocupación por los efectos que ya genera en otras latitudes como Estados Unidos, el foco está prevenir su desarrollo.

Así por ejemplo, el Ministro de Seguridad, Mario Zamora, apunta a que la normativa controla los insumos que necesitarían sus laboratorios.

Además expone que se generan protocolos desde las instituciones de salud para poder detectar casos sospechosos y abordarlos.

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El eje de salud también fue rescatado por el Fiscal Chavarría.

Él detalló como se van incluyendo en venta bajo prescripción algunas sustancias bajo la lupa. Esto abarca incluso a medicamentos como la ketamina, que estaba de libre disposición para usos veterinarios pero ahora tiene más controles de acceso.

¿Cómo se modernizaron las drogas?

Aunque las sustancias psicoactivas han acompañado a la humanidad por cientos de años, varias oleadas y cambios han marcado época.

Una de las más recientes surgió en la década de 1990 y tiene que ver con la constitución cerebral.

El sistema nervioso de los humanos cuenta con un mecanismo llamado “receptores celulares”, que se encarga de la interacción de diferentes sustancias en el metabolismo.

Entre ellos están los “receptores opiodes” enfocados en la actividad de las neuronas. Una parte de estos se genera naturalmente pero también pueden ser introducidos al consumir los opiáceos (sustancias originadas en la planta del opio, con capacidad para afectar las funciones cognitivas o combatir el dolor).

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El desarrollo de medicamentos con estas funciones se amplificó y generó adicción entre sus consumidores medicados y también entre quienes no lo eran. El mercado se encargo de generar versiones más atractivas, siendo uno de sus ejemplos el fentanilo.

“El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los Estados Unidos”, advierten los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

En el mismo eje de investigación se han sumado otras drogas sintéticas que han llevado un amplio desarrollo y efectos que no dejan de sorprender a los expertos.

Plantas como la amapola son el origen de sustancias que luego de un tratamiento terminan convirtiéndose en drogas de alta capacidad adictiva (AFP)