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Salud mental de Costa Rica “está muy mal”, advierten especialistas

Aumento en los índices de violencia, así como el incremento de comportamientos y de conductas agresivas son producto a la…

Por Krissia Morris Gray

Tiempo de Lectura: 6 minutos
Salud mental de Costa Rica “está muy mal”, advierten especialistas
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Aumento en los índices de violencia, así como el incremento de comportamientos y de conductas agresivas son producto a la afectación a la salud mental de la población, provocada por la pandemia.

La pandemia, además del impacto en la salud física y en la economía, también incide en la estabilidad mental de la persona, con lo cual provoca un alza en la aparición de trastornos como la depresión y ansiedad.

Además, aparecen el miedo, el estrés, la irritabilidad, el aislamiento, pérdida del sueño o del apetito, entre otros, explican especialistas en el tema de salud mental.

Según datos del Ministerio de Salud, durante el 2020 se atendieron 5.070 casos de personas por depresión de las cuales 3.717 eran mujeres y 1.353 hombres.

En lo que respecta al 2021, a la semana 35,-mediados de setiembre-, Salud contabilizó 3.884 personas atendidas por el mismo trastorno. De estas, 2.834 eran mujeres y 1.050 hombres.

La investigación “Salud mental y relaciones en el entorno en tiempos de Covid-19”, efectuado en Costa Rica en el 2020, concluyó que, producto de la pandemia aproximadamente, 1,3 millones de personas presentaron alguna situación de afectación en su salud mental.

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Urge prestar atención

Tanto para la Asociación Costarricense de Psiquiatría (Asocopsi) como para el Colegio de Profesionales en Psicología, la salud mental de la población es un asunto al que hay que prestarle atención y darle importancia.

De lo contrario, las consecuencias negativas futuras serían mayores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

“Está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos”.

Un estudio efectuado en el 2020, determinó que en el Costa Rica, a raíz de la pandemia, había alrededor de 1,3 millones en condiciones depresivas críticas (Foto: Archivo)

“No son un vacilón”

Francisco Gólcher, presidente de Asocopsi, sostuvo que los trastornos mentales “no son un vacilón”.

Enfatizó que a nivel de salud mental “el país está muy mal”, a casi dos años de estar en pandemia por covid-19.

“La población se nos ha enfermado y eso es lo que no han podido entender (las autoridades). La salud mental de la población está sumamente deteriorada y el temor que uno tiene es que haya consecuencias a futuro”, afirmó Gólcher.

Explicó que como los trastornos de salud mental no están a la vista como otros padecimientos no se le da el cuidado correspondiente.

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Por su parte Esteban Carvajal, vocero del Colegio de Psicólogos, declaró que “la depresión y la ansiedad ya son una pandemia”.

Recordó que la OMS indicó que para el 2030 la ansiedad sería la primera causa de incapacidad a nivel mundial.

“Pero creo que con todo esto del covid eso se ha adelantado. Ya estamos con eso acá. Basándonos en eso, si ya venían los cuadros de depresión y ansiedad como una complicación para la salud mental, con el covid se aceleraron”, refirió Carvajal.

El psicólogo, especialista en Salud Mental, comentó que la gente está cansada a nivel emocional y psicológico, esto debido a que el impacto ocasionado por la pandemia es muy grande.

A la defensiva

Según explicó Carvajal las medidas de restricción -si salen deben correr para estar antes de las 10:00 p.m. en sus casas, a fin de evitar una multa y no pueden compartir con los amigos como lo hacían antes-, “ocasiona que la gente se pare de uñas”.

“Como estoy estresado, frustrado o ansioso eso hace que yo tenga comportamientos y conductas (agresivas) en cualquier parte. Estamos a la defensiva completamente”, exteriorizó Carvajal.

Puntualizó que producto de la frustración, ansiedad y la depresión se da una escalada de la violencia y de la agresión.

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Entre algunas llamadas de alerta que podrían indicar la persona requiere de ayuda, Carvajal mencionó:

  • Si uno nota que todo lo frustra
  • Presencia de emociones desbordadas de manera constante
  • Aparición de conductas agresivas
  • La persona ya no hace cosas que antes hacía
  • Aumento de irritabilidad, el enojo y otros

“Si no se toman las acciones pertinentes vamos a ver más depresión, más ansiedad y eso va a derivar en una serie de situaciones sociales y mentales, por lo que hay que prestarle atención”, alertó.

Recalcó que dentro de las debilidades del país es que no se invierten recursos suficientes para la promoción de la salud mental y en la prevención de trastornos.

“Si las autoridades no toman las cartas sobre esto, lo que vamos a ver son situaciones cada vez más desfavorables como las que hemos estado viendo”, concluyó Carvajal.

“No es nueva normalidad”

Francisco Gólcher, presidente de la Asocopsi señaló que, tras estudios efectuados en el país se concluye que alrededor del 65% de la población tiene síntomas de ansiedad y de depresión.

“Dado por las condiciones epidemiológicas fue necesario que las personas tuvieran que poner distancia física entre ellas y entre la comunidad y los trabajos, lo que implica una forma diferente de hacer las cosas.

“No es la nueva normalidad, como algunos dicen, sino que lo visualizo como un estado de excepción, en el cual las reglas cambian para el ajuste y protección de la población. De normalidad no tiene nada en medio de una pandemia, de restricciones y en medio de medidas sanitarias”, reafirmó Gólcher.

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El experto mencionó entre las consecuencias de la afectación de la salud mental está el alza de la violencia familiar, incremento en el consumo de sustancias psicoactivas (drogas) y de otras manifestaciones de violencia.

Detalló que en la actualidad lo que se nota es “un pobre control del impulso, poca tolerancia y la frustración”

“La gente está como una pozola, a punto de reventar en algunos casos (…) llama la atención los problemas últimos que ha habido a nivel de asaltos, de crímenes, trasiego de drogas, de crimen organizado, narcomenudeo y el flagelo más grande que ha sido la depresión e intentos de suicidios como tales”, aseveró Gólcher.

Bomba de tiempo

Sumó que hablar de salud mental es un tabú todavía, debido al estigma y la discriminación existente hacia los pacientes con trastornos mentales y de comportamiento.

Pese a que reconoce que se han realizado acciones para hacerle frente a la situación, considera que todavía faltan cosas por hacer para romper con el paradigma existente en el tema.

“Estamos ante una ola en que la salud mental de la población se ha visto afectada. Eso requiere de acciones claras, concretas y precisas, definición política y reestructuración en los servicios de psiquiatría y de salud mental, distribuidos a lo largo y ancho del país”, aclaró Gólcher.

Consideró que la atención debe darse desde los primeros niveles de atención a fin de contener y evitar consecuencias mayores.

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Abonó que no se puede hablar de reactivación económica si las personas, desde el punto de vista de salud mental, no están bien.

¿Ministerio de Salud ausente?

A su criterio, el Ministerio de Salud no le está dando la importancia que el tema amerita, pues el decreto existente en materia de atención de la salud mental no pasa del papel.

Además, criticó la falta de articulación entre el Ministerio de Salud con otras instituciones para el abordaje de los trastornos y las conductas suicidas.

“No está claro todavía, pese a que existe un decreto que establece una metodología para el abordaje del comportamiento suicida y define la responsabilidad de cada uno de los actores sociales involucrados a nivel público y privado no se articula todavía”,

A esto resaltó que “hay una ausencia del Ministerio de Salud en el abordaje de estos problemas y que deberían ser acciones más concretas y más fuertes”.

Gólcher estuvo al frente de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud hasta diciembre del 2020, pues se pensionó.

Con respecto a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) criticó que los servicios de salud dados por los psiquiatras y psicólogos, no deben ser entrevistas telefónicas para darle seguimiento al paciente.

Por ello, indicó que la Asocopsi hace un llamado a las autoridades para que aborden la situación de los trastornos mentales con la seriedad requerida

Se trató de conseguir información del Ministerio de Salud al respecto y, a la hora de cierre de la nota, la respuesta obtenida fue “acuse de recibido”.

Atención de llamadas

Por su parte, el Ministerio de Salud respondió que en coordinación con el Sistema de Emergencias 9-1-1 y el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica, se estableció el Despacho de Apoyo Psicológico.

Este brinda atención a las llamadas tanto del 9-1-1 como de la línea de Atención Ciudadana 1322, el cual da soporte a las personas que sientan miedo, incertidumbre, ansiedad, preocupación y angustia o en general cualquier afectación a su salud mental.

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“Desde la activación de la Mesa Técnica Operativa de Salud Mental, se han elaborado lineamientos específicos para situaciones críticas en el manejo de la emergencia, lineamientos de salud mental, apoyo psico social y a su vez, se han establecido lineamientos generales para los Comités Municipales de Emergencia en el marco de la alerta sanitaria por coronavirus, entre otros”, se desprende del correo enviado.

La entidad rectora enumeró, además que se cuenta con una Normativa Nacional de articulación interinstitucional en el abordaje integral del comportamiento suicida y que “desde la Secretaría Técnica de Salud Mental se cuenta con el apoyo de los enlaces regionales y locales de salud mental”.

El Observador solicitó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) datos de la cantidad de consultas e incapacidades otorgadas a pacientes por afectación a la salud mental por la pandemia, pero a la hora de cierre de la nota, no hubo respuesta.