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Resistencia, (llamada así en nuestro país). Una de las grandes virtudes del cine es la de poder influir, analizar o criticar sobre lo que sucede en la vida real.
Porque, no lo vamos a negar, hay muchos temas, problemas y avances que afectan al conjunto de la humanidad y que el cine aprovecha para sacar partido a nuevas premisas, historias e hipótesis.
La IA como tema de debate
Nada más de actualidad que la Inteligencia Artificial (IA), que ha supuesto un avance tan poderoso que nos sigue pareciendo ciencia ficción. Seguramente, hace un siglo, los primeros aviones también provocaban el mismo efecto en la gente a pie de calle.
Como cuando empezaron las mismas primeras proyecciones cinematográficas, cuando se iniciaron las comunicaciones telegráficas y telefónicas o, allá en los años 80, cuando se comenzaba a vislumbrar lo que luego sería, y es, Internet.
Ciencia ficción que, no lo vayamos a negar, nos da más miedo que respeto y con esa tensión es con la que juegan la mayoría de los guiones y las películas del género que tanto nos gusta.
Ingredientes clásicos de la ciencia ficción
Podríamos decir que The Creator encaja con todo esto, y que le añade esos ingredientes de éxito que tan bien han funcionado en ocasiones anteriores, como avanzarse hacia un futuro no demasiado lejano, pero tampoco alcanzable para poner al conjunto de la humanidad en peligro.
Ahí, un escenario bélico, en el que los hombres se enfrentan a la IA para ver quién consigue el control final del planeta. En caso de que sean las máquinas, ya se sabe que el destino de los hombres será fatal, por lo que esta guerra es, sin duda, la más importante de nuestra historia.
Y ahí también, tenemos a Joshua, un exagente de las fuerzas especiales al que reclutan para que termine con el llamado Creador, que es el artífice de esa IA tan potente que, a la vez, se presume que ha desarrollado un arma tan misteriosa como definitiva y letal para la humanidad.
Película de grandes virtudes
Como decíamos al principio, estos temas son de relevancia y, tratados con la capacidad suficiente, pueden ser geniales, abriéndonos las puertas a unas películas maravillosas.
No hay más que mirar unas décadas atrás para encontrar clásicos semejantes, como Matrix o Blade Runner, que nos plantean tantas cuestiones y temáticas relacionadas con la naturaleza humana y el conflicto que esta tiene con las novedades tecnológicas que, por otra parte, no dejan de ser creaciones suyas.
No podemos defender que The Creator llegue a la altura de estas dos, ya que eso solo sucede en ocasiones especiales y no nos ha tocado el premio gordo en este caso. Pero, manteniendo la sinceridad, podemos argumentar sin problema que estamos ante una película con muchísimas virtudes, por lo que con un mínimo de afición a estos géneros y temáticas se puede disfrutar.
Action movie sólida y eficaz
El guión y la dirección de Gareth Edwards son sólidos y están bien estructurados. El ritmo es lo suficientemente ágil como para que nos sintamos cómodos y sin que se nos desvíe la atención en ningún momento.
A la vez, la ambientación y el universo creado se muestra tan coherente como ambicioso, con un estilo y unos resultados que parecen beber directamente de un maestro del género como Neil Blomkamp, director de District 9, entre otros títulos.
Incluso para los detractores de John David Washington, que suelen ser muchos, aquí habrá menos motivos para quejarse. Aún le falta para tener el carisma y el talento de su padre, pero no podemos decir que aquí se nos vaya tan abajo como para afectar al conjunto de la obra.
En definitiva, una película interesante, que como producto cinematográfico se queda un poco más a medias de lo que esperábamos, ya que la premisa se podía exprimir más, pero que es una de las propuestas más atractivas para ver en pantalla grande de las últimas semanas.
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