Tomás Gómez
“El flujo de pasajeros va incrementando con los años. Ya estamos llegando a la hora pico en la cual tenemos problemas con el aeropuerto porque la cantidad de vuelos que está llegando no damos abasto”.
Ese es el diagnóstico del Ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Luis Amador, ante la situación del Aeropuerto Juan Santamaría; que el fin de semana llegó hasta la suspensión temporal de actividades por la sobrecarga que presentaba.
Según detalló, el plan máximo sigue siendo un nuevo aeródromo internacional en Orotina, pero a un plazo de 15 a 20 años. Otra expectativa serían los aeropuertos internacionales en el Caribe y la Zona Sur, pero estos se verían en 3 o 4 años.
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De momento, la tarea es quitar presión al Juan Santamaría y para ello se pone un ojo en los vuelos locales, que salen de este sitio y compiten por el espacio.
“Hoy en junta directiva vamos a pedir un análisis para ver si podemos enviar algunos de esos vuelos a Pavas o que se puede hacer para desahogar un poco el aeropuerto”, indicó este lunes.
“Por ahora paliativamente vamos a ver si podemos reorganizar un poco los flujos para que los otros aeropuertos puedan ser utilizados un poco más”. sumó.
Amador reiteró que ese redireccionamiento al Aeropuerto Tobías Bolaños se enfocaría exclusivamente en vuelos nacionales y los taxis aéreos.
Un poco más de vida al Juan Santamaría
La ruta de las autoridades asegura que una gestión de desahogo del Juan Santamaría le extendería su vida útil mientras se concretan otras iniciativas.
“El Aeropuerto en el Sur, allá en Palmar por Sierpe o el Aeropuerto de Limón son esos aeropuertos que deben absorber todos esos turistas que están obligados a aterrizar en San José y que podrían perfectamente aterrizar en otros aeropuertos”, dijo Amador.
“Quitándole la presión al Santamaría con los aeropuertos del Sur y Limón, Santamaría tiene vida por muchísimos años más mientras se planea adecuadamente Orotina”, sumó.
El día del colapso aéreo
La temporada alta de turismo ha implicado un desafío para varios ejes de logística, entre ellos la capacidad del aeropuerto.
La exigente normativa internacional pide temas que van desde separación entre aeronaves hasta evitar llegar al 100% de capacidad para atender eventuales emergencias, así como medidas adicionales.
El cuerpo de controladores aéreos confirmó que la situación a la que se llegó el fin de semana demandó la aplicación de protocolos de seguridad. Estos abarcaron el freno de aterrizajes y despegues en lapsos de hasta 20 minutos -que pueden ser críticos en materia de aviación-.
“Todo está escrito, entonces un día cómo hoy, colapsó”, explicó el dirigente del gremio, Pedro Parada.
Consultada por la situación, la empresa Aeris no respondió por la afectación en las operaciones. Mantuvo que “el Aeropuerto está operando con normalidad del flujo de temporada alta”.
