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En este auto no se puede fumar

(*) Manuel Guisande para El Observador No sé qué me pasa últimamente, a lo mejor es porque tengo mala suerte….

Por Blog

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En este auto no se puede fumar
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Manuel Guisande

(*) Manuel Guisande para El Observador

No sé qué me pasa últimamente, a lo mejor es porque tengo mala suerte. Pero llevo una racha que es solo acercarme a la portezuela para montarme en el coche (auto) de alguien y lo primero que oigo es: “en este coche no se puede fumar”

Entonces miras el vehículo, ves que tiene dos faros delante, unos intermitentes detrás, que también tiene ventanillas, limpiaparabrisas, ruedas, y te cuestionas: “no se podrá fumar porque lo dices tú, ¿no?

Porque mi coche es parecido, vamos,  igualito, y en él como si quieres hacer un guiso de pollo, por mí… “.

Y siempre ocurre lo mismo. Paralizado con una mano en la manilla de la puerta a punto de abrirla, y en la otra el cigarrillo dándole más caladas en un minuto que pulsaciones tienes, surge la duda existencial: ¿Tiro o no la colilla? ¿La guardo o no la guardo?

¿Tú qué harías?

Hombre, hay otra posibilidad, que es mandar a tomar viento al tipo del automóvil, que aunque no se lo crea le estás haciendo un favor. Esto porque ya muchas ganas no tenías de acompañarle a ir a ver a no sé quién y aún encima sin fumar…

Entonces, casi siempre, tras guardar la colilla en un bolsillo, donde ya casi tienes una plantación de otros que has metido, te subes al coche y lo primero que piensas es: “menos mal, menos mal que no vamos a Japón, porque hasta Japón sin una condenada calada… “.

Y lo que es la vida, te acuerdas de Hamilton, de Raikkonen y Vettel a ver si llegamos pronto. Y cuando arribas al lugar indicado, ya antes de que se pare el vehículo buscas dónde está el tabaco…

Palpas todos los bolsillos y cuando ya lo has localizado y vas a salir para fumar… “no bajes, que tiene el local cerrado; no está, vuelvo otro día”.

Y porque te callas, pero das un grito interior y desgarrador  “¡¡¡cómo que no estáááá!!! ¡¡¡¡¡tiene que estaarrrr!!!!!” e inmediatamente dices, por si hay suerte, “lo podemos esperar”.

Pues ni que lo hubieras insultado; tu colega da la vuelta otra vez al lugar de partida y cuando regresas y bajas te suelta esa frase que no falla: “ves cómo se puede estar sin fumar…”.

Y piensas, porque en esas situaciones sin nicotina piensas que no veas: “pues claro que puedo estar sin fumar, que el cuerpo da mucho de sí.

Puedo estar sin fumar, sin beber, sin comer, sin reír, sin ir al cuarto de baño, sin volver del cuarto de baño, sin… pero que sin ti puedo estar mucho, pero que mucho mejor… ni lo dudes“.

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Manuel Guisande

 

 

 

 

 

(*) Estudió Derecho. Trabajó en El Correo Gallego, Ideal Gallego y sus últimos 25 años en La Voz de Galicia. Colabora en la actualidad en varios diarios españoles y del extranjero.

Además de conferenciante, imparte cursos en entidades e instituciones sobre escritura creativa (medio de comunicación y redes sociales, cuentos infantiles, relatos, guiones de teatro, novela) así como un curso específico de Periodismo dirigido a profesionales, ejecutivos y universitarios.

Cuenta con numerosos galardones, entre ellos:

Premio Fernando Arenas de Literatura y Ensayo con ¿Cómo somos los gallegos?, depende. (2017-2018)
Premio Isaac Díaz Pardo de la Asociación Galega de Editores a la mejor colección infantil Rodripico (2011)
Premio Galicia de Comunicación (2000)
Premio Codorniz de Plata de la Academia del Humor (2000)
Premio de Teatro Ciudad de La Coruña (1987)

Correo: [email protected]