Negocios

Sector turístico ha sido el más golpeado por la pandemia, pero persiste la esperanza de mejoría

“Limón se convirtió en un pueblo fantasma. Todavía lo es, aunque ya se extendieron los horarios pero, al principio, uno…

Por Marco Marín

Tiempo de Lectura: 8 minutos
Sector turístico ha sido el más golpeado por la pandemia, pero persiste la esperanza de mejoría
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

“Limón se convirtió en un pueblo fantasma. Todavía lo es, aunque ya se extendieron los horarios pero, al principio, uno veía los buses, los hoteles, los restaurantes vacíos y uno decía ‘trabajando de 7 am a 4 pm, ¿qué vamos a sacar?’”.

Las palabras de la empresaria turística limonense, Katherine Brown, son un reflejo de las incertidumbres que miles de emprendedores y compañías de esta industria han experimentado durante el último año de pandemia. Esto, sin importar su tamaño o trayectoria.

Desde restaurantes como Caribbean Kalisi, el cual pertenece a Brown y a su familia, hasta hoteles como el Best Western Irazu tuvieron que reinventarse para seguir a flote, según confirmó su vicepresidente de Operaciones, Oscar Ramírez. 

Para otras compañías, como la emblemática Ríos Tropicales, la espera de la ayuda estatal se hizo insostenible, como aseguró su dueño Rafael Gallo. En los últimos días, estos tres empresarios y otros representantes conversaron con El Observador para ofrecer su testimonio de cómo ha sido el año de la pandemia, en el sector económico más afectado.

OBSERVE MÁS: Estas son las medidas con las que el ICT busca reactivar el sector turístico

A pesar de la pandemia, el restaurante Caribbean Kalisi pudo celebrar su decimocuarto aniversario. De izquierda a derecha, Andrea Brown; Katherine Brown y la fundadora, Roena Brown. (Facebook Caribbean Kalisi)

Para el 2020, la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) estimó las pérdidas de esta industria en, aproximadamente, $3.000 millones. 

Aunado a esto, la falta de una temporada alta este 2021 y las proyecciones de entre 400.000 a 1,6 millones de visitas esperadas por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), apuntan a otro año igual de incierto.

“Esto va a arreglarse pero gradualmente. La gente cree que ya está resuelto el problema pero la verdad es que no. Es un tema de prepararse para lo peor, esperando lo mejor”. Así lo resumió el presidente del gremio, Rubén Acón.

A pesar de estas cifras, los representantes del sector claman por una ayuda gubernamental que ha destacado por su lentitud, según comentaron. Ejemplo de ello, mencionaron el prometido Fondo de Avales anunciado por el Poder Ejecutivo meses atrás.

Aún más preocupante, el texto que actualmente se discute en la Comisión de Asuntos Hacendarios, de la Asamblea Legislativa, ha sido cuestionado por expertos de esta industria ya que presenta muchas carencias.

OBSERVE MÁS: Sector Turismo halla problemas en propuesta para fondo de avales y clama por un proyecto “eficaz”

Pueblo fantasma

El restaurante de Brown se encuentra a un costado de la Catedral, uno de los puntos más concurridos del centro de Limón. O, al menos lo era antes del 6 de marzo de 2020, fecha en que se presentaron los primeros casos de covid-19, en nuestro país. 

Doce días después se decretó el cierre de fronteras y el país no abrió los aeropuertos hasta el 1 de agosto. Ante la ausencia de turistas, muchas ciudades costeras y comunidades rurales, se convirtieron en “pueblos fantasmas”, como narró Brown a este medio.

“Aquí cerraron varios negocios. Para nadie es un secreto que mantener un negocio en época de pandemia era algo complicado A nosotros nos decían una cosa y al ir a los entes del gobierno era lo contrario.

“En esta cuadra cerraron tres tiendas. Hay una farmacia que va a cerrar e incluso ya le dio el preaviso a sus empleados. Por acá cerca había una frutería pero el señor murió de Covid. Incluso la gente dejó de comprar ahí por miedo. Ahí es donde la gente se pregunta ¿valdrá la pena mantener mi negocio?”, razonó Brown.

La empresaria señala que el proceso de adaptación no fue fácil. Desde la pérdida de clientes tradicionales que se negaban a utilizar la mascarilla en el establecimiento hasta cambiar el negocio de modelo. Incluso, ella tuvo que buscar un nuevo trabajo mientras su hermana y su madre seguían con el negocio.

OBSERVE MÁS: Pérdidas millonarias y falta de temporada alta en 2021 ponen en jaque al sector turismo

Parte de la estrategia adoptada por el restaurante para impulsar el servicio express, fue la oferta de promociones. (Faceboook Caribbean Kalisi)

A medida que las restricciones se incrementaron, el restaurante se reinventó. Además de perder a sus comensales, el establecimiento perdió los contratos de actividades reservadas para su salón de eventos, ubicado en el segundo piso del establecimiento.

Por eso, el emprendimiento familiar desarrolló un negocio paralelo de servicio a domicilio y de encargo para recoger. Incluso lo bautizó Yummy in a Box, para darle un aire diferente. No obstante, para ello la familia se vió obligada a variar su menú para que se adaptará a las nuevas condiciones.

Sin embargo, el restaurante se vio obligado a despedir a cuatro de sus seis colaboradoras en la cocina. Aún, al día de hoy, el local no ha tenido la oportunidad de llenar las plazas vacantes.

Reinventar el negocio

Si bien, poco más del 90% de las empresas turísticas pertenecen a emprendimientos o negocios familiares, todos los que participan en esta industria, en nuestro país, se tuvieron que reinventar sin importar su tamaño.

Así lo corroboró el vicepresidente Operativo de Best Western Plus San José, Óascar Ramírez, durante una conversación con este medio. Dicha compañía tiene los hoteles Best Western Plaza y el Irazú, los cuales se ubican en un mismo complejo, en el distrito de La Uruca.

Tradicionalmente, ha sido uno de los hoteles más populares para turistas que se quedan en la provincia josefina. No obstante, durante gran parte del año pasado sus 300 habitaciones estuvieron vacías. 

Ramírez reconoció que la compañía se vio obligada a despedir a una parte de sus trabajadores mientras que al resto hubo que aplicar la reducción de jornadas. Dado que el cierre de fronteras obligó a que el sector hotelero dependiera en gran parte del turismo nacional, los hoteles de ciudad tuvieron un obstáculo mayor, explicó Ramírez.

Una de las medidas por las que optó la empresa fue la organización de un evento para celebrar el fin de año. Debido a los protocolos y la importancia del distanciamiento, el hotel utilizó sus habitaciones con balcón al área de piscina para garantizar la seguridad de los asistentes, al tiempo que llenaba sus habitaciones.

OBSERVE MÁS: Cámaras de turismo logran que Gobierno se comprometa a crear plan exclusivo de reactivación para el sector

La pandemia llevó a la gerencia del Hotel Irazú a considerar su área de piscinas como el escenario ideal para los artistas sus espectáculos, que ahora se disfrutan desde los balcones del hotel. (Facebook Hotel Irazú)

De esta forma, y a metros de distancia, los huéspedes pudieron disfrutar de la actuación de los grupos nacionales Ghandi y Un Rojo. Esto nos lleva al segundo punto de la importancia del sector y la crisis que atraviesa: los encadenamientos de valor.

“Otro cosa que fue interesante fue la emoción de los grupos cuando dijeron: ‘Hasta que nos erizamos por qué tenemos un año de no sentir a la gente, de tener una presentación cómo está”, detalló el representante.

Eso sí, no fue fácil ya que a pesar de la publicidad y los patrocinios, el evento por poco debió ser cancelado, luego de que la Municipalidad de San José exigiera un permiso del Ministerio de Salud. Sin embargo, este ente explicó que, por las características de la actividad, no era necesario.

No obstante, el plan piloto resultó un éxito y el hotel planea nuevos espectáculos similares, según adelantó Ramírez. Así como este tipo de valor agregado a la oferta de habitaciones, los hoteles citadinos han tenido que ofrecer nuevos servicios. 

Otra iniciativa que ha resultado efectiva, es la tarifa de pases diurnos, en los que los usuarios pueden hacer uso de las instalaciones e incluso una de las habitaciones durante el día, a un costo menor que la tarifa por noche.

OBSERVE MÁS: Ríos Tropicales cierra operaciones tras denunciar “apabullante lentitud” en ayuda del Gobierno

Recesión turística

Desafortunadamente, cambiar el modelo de negocio no es factible para todas las empresas. Un ejemplo de ello fue el cierre de la empresa de turismo de aventura, Ríos Tropicales, una de las pioneras en el sector durante más de tres décadas.

Esta empresa ofrecía 40 empleos directos y tenía un impacto de 100 plazas indirectas, gracias a su actividad. 

Pero, tras el cierre de fronteras y la imposibilidad de llenar sus tours, mantener la empresa abierta era “financieramente imposible”, narró su fundador y presidente, Rafael Gallo. El empresario lamentó la falta de ayuda gubernamental.

“La lentitud ha sido tremenda. Esto lo hubiéramos visto hace ocho meses y estaríamos caminando. Pero ¿un año después? Es apabullante y definitivamente una de las causas más grandes”, afirmó Gallo.

Así como está empresa, “hay mil más”, aseguró el presidente de Canatur Rubén Acón. El jerarca del gremio explicó que, de los subsectores más golpeados, el de touroperadores y el de transporte de turistas han sido, particularmente, de los más afectados.

Volcán Arenal

A pesar de ser nombrado, recientemente, como uno de los seis mejores lugares alrededor del mundo, por el portal Trip Advisor, la realidad no ha sido muy positiva para la industria turística de la zona, durante el último año. (Archivo / El Observador)

También señaló que, por la diversidad de la industria, algunas zonas se han visto más golpeadas que otras. Por ejemplo, señaló la diferencia que existe entre destinos de playa y los de montaña. Esto, ya que los primeros son más apetecidos por el turista nacional.

Un ejemplo de ello es la zona de La Fortuna y el Volcán Arenal. Ahí la recesión turística ha obligado, durante este año, a cierres temporales o parciales a cerca del 75% de empresas que se dedican a esta industria. Así lo confirmó el vicepresidente de la Cámara de Comercio y Turismo local, Tadeo Morales.

“En La Fortuna, desde que abrimos los aeropuertos, hemos visto un promedio de visitación del 15%, en comparación con el 2019. Pero la pandemia empezó en marzo y durante los primeros tres meses hubo buenos números. 

“Desde enero, ese número cayó a entre un 10% y un 12%. Esto es gravísimo. De 11.000 empleos que se habían generado acá en la zona, creemos que andamos cerca de los 2.000. Tomando en cuenta los que están con jornada reducida” manifestó el vocero.

OBSERVE MÁS: Dos meses después de su anuncio, bono Proteger para sector Turismo aún no llega a pymes

Cifras de la pandemia

La tónica que se percibe en la zona Norte es un síntoma similar a nivel nacional. La ocupación hotelera en el país, para enero, fue del 29,5%, según el Índice de Noches Vendidas del Banco Central de Costa Rica.

Esto representó un 61% menos, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Aunado a esto, las proyecciones del ICT no son alentadoras para este año. Muy probablemente, el país reciba un número similar al de visitantes extranjeros que ingresaron al territorio nacional el año pasado, número que rondó el millón de personas. Eso fue un 67% menos que en el 2019.

Según Acón, el país estaría recuperando los niveles pre-pandemia hasta el año 2024. Por esta razón, tanto Morales como él insistieron en la necesidad de arreglar el proyecto para el Fondo de Avales, para que este sea aprobado lo más pronto posible.

Dicha iniciativa pone a disposición de las empresas afectadas un total de $300 millones. Sin embargo, Acón estima que el sector turístico podría acceder a una tercera parte de ellos, en el mejor de los casos. 

Eso es una pequeña parte de los $1.000 millones que el gremio estima que se requieren para, verdaderamente, solventar las necesidades actuales de esta industria. La misma, se estima, propicia más de 650.000 empleos, entre plazas directas e indirectas, según Canatur.

OBSERVE MÁS: Sector Turismo achaca falta de urgencia al Gobierno y pide flexibilidad para sortear crisis inédita